dimarts, d’abril 10, 2007

[de la vestimenta]

Un tejedor pidió: "Háblanos de la vestimenta".
Y él respondió:
"Vuestras ropas ocultan mucho de vuestra belleza, mas no
esconden lo que no es bello.
Y aunque busquéis en las prendas de vestir la libertad de lo
personal, quizá halléis en ellas un arnés y una cadena.
Ojalá fuerais al encuentro del sol con algo más de vuestra
piel y algo menos de vustras ropas.
Porque el aliento de la vida palpita en la luz del sol, y la
mano de la vida en el viento.
Algunos decís:"Es el viento del norte el que ha tejido las
ropas que llevamos".
Mas yo os digo: Sí, fue el viento del norte.
Pero lo tejió en el telar de la vergüenza, y la debilidad de
carácter fueron sus hijos.
Y cuando su trabajo estuvo terminado, se echó a reír en medio
del bosque.
No olvidéis que el pudor no es ninguna coraza contra los ojos
del impuro.
Y cuando el impuro ya no exista, ¿qué será el pudor sino
cadenas e impureza de la mente?
Y no olvidéis que la tierra goza al sentir vustros pies
desnudos, y que el viento anhela jugar con vuestros cabellos".
El profeta
(Gibrán Jalil Gibrán)

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